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¿Es normal que mi hijos jueguen a luchar?

JUGAR A LUCHAR

¿Es normal que mi hijos jueguen a luchar?

Hace un tiempo nos llamó mucho la atención que a nuestros hijos les gustara tanto jugar a la pelea, tirando poderes con sonidos ultrasónicos, rayos de hielo congelante, patadas voladoras y dando vueltas raras en el piso o en la cama a veces con voz de súper villana y otras de súper heroína… No vamos a negar que nos divertimos muchísimo cuando nos toca ser sus contrincantes, pero al mismo tiempo nos preocupaba que al empezar las clases y podían querer jugar a esto en los recreos, así que nos pusimos a investigar y encontramos algunas respuestas muy interesantes:

1. Los niños no tienen problemas para distinguir cuando están peleando en broma y cuando la pelea se produce de forma real.

La gran diferencia está en la intención de hacer daño o herir al otro. Jugando esa intención no existe, porque sólo buscan pasarlo bien y disfrutar del juego en si mismo.

2. Aprender que luchar también es persistir en nuestros sueños.

saber esperar nuestro momento y pedir las cosas utilizando la comunicación positiva. Ayuda a desarrollar esa parte del cerebro que se encarga de regular la respuesta de lucha. Así que podés estar tranquilo, tu hijo no será un niño agresivo ni violento por “jugar a la lucha”.

3. Les enseña la importancia de palabras como Justicia y equidad.

Si los dos reciben un trato similar, la actividad continuará, de lo contrario, el que sienta que «no es justo», simplemente abandonará el juego.

4. Estos juegos suelen generar en los niños grandes descargas emocionales.

Así que es muy importante establecer pautas de seguridad como no morder, no patear si tienen zapatos puestos, cero golpes fuertes, consciencia de zonas peligrosas del cuerpo y jugar sobre superficies blandas.

Además forma parte del juego simbólico, y eso les da algúnos recursos muy valiosos

1. Conocer su cuerpo
2. Entender los límites de su fuerza y aprender a medirla.
3. A decir: Basta o hasta aquí.
4. Descubrir reacciones de otros niños.
5. Aprender y practicar juegos de roles.
6. A respetar turnos.
7. Identificar límites personales.
8. A hacer acuerdos, cumplirlos y respetarlos.
9. A socializar y autoregularse.
10. Es una buena forma de liberar emociones contenidas.

Pero siempre es bueno tener algúnas normas para “jugar a la luchita”

– No se permite hacer daño a los otros jugadores.
– Detener el juego, cuando un jugador solicita parar.
– Favorecer el uso de juguetes que no produzcan daño: cojines, escudos, espadas de cartón… Si el juego es de contacto practicarlo encima de una alfombra.
– Plantear distintos juegos de lucha, como por ejemplo: la guerra de cosquillas, la lucha de animales, la pelea de super-héroes con poderes mágicos….

“Es importante que permanezcas atento al juego, para garantizar que las normas se respeten y que no se lastimen”

Esperamos que esta nota te haya parecido útil y si creés que puede interesarle a otras personas, porfa compartila.

¡Hasta la próxima!
iNDiA&Co.

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